jueves, 2 de junio de 2011

Analisis documental O S C A R B R A H I M

Documental Oscar Brahim

El documental de Oscar Brahim se desarrolla en la ciudad de Buenos Aires, Argentina, en plena crisis financiera en diciembre de año 2001. Esta crisis y sus protagonistas políticos son utilizados por Oscar como medio para sus protestas. Él es un taxista de mala situación económica, por lo que desarrolla una crítica frente a la invasión publicitaria a la que se enfrenta en su diario tránsito por la ciudad, es testigo de la transformación de ésta. Un taxista es un personaje que no tiene destino definido, transita por la ciudad sin la ceguera de llegar hasta otro punto: él observa. Se hace presente la lógica de la deriva, en donde la ciudad aparece cuando no hay un fin que cumplir, el simulacro se torna invisible. Oscar es un tipo fastidiado con la sociedad y su anestesia frente al bombardeo publicitario, él se toma las calles utilizándolas de soporte para montar su propio espectáculo.

Y la gente se pelea con el tipo que está en la cola, o se pelea con el de la caja, o se pelea en el supermercado, pero… ¿Por qué la gente no pelea frente a un afiche? ¿Por qué no lo boxea el afiche? Porqué no dice ésta publicidad de mierda me tiene podrido. Tengo ganas de que alguien, te juro, tengo ganas de que alguien agarre la pintura, nosé… que haga una “x” así, y eso lo anuló. Le puso la “x” y dijo: “para mi esta publicidad no es nada”. Una “x”.

Es bajo esta lógica que él decide intervenir la publicidad, por medio de sus propios códigos; es un resistente que intenta evidenciar el poder oculto tras la simbología y retórica de los anuncios. Brahim da cuenta de la intención colonizadora de los sistemas de comunicación, en donde éstos tratan de insertar nuevos valores y necesidades por medio de la imposición de las mismas. “La publicidad es más bien la mediadora entre la racionalidad económica y tecnológica y las normas culturales y nuestra forma de ver, sentir y comprender el mundo.” (Subirats. E. p.147) Él descubre esta intención y la enfrenta por medio de una operación artística; lo que hace es afrontar la anestesia, el aburrimiento social frente a el exceso de estímulo visual, por medio de la intervención en los carteles publicitarios, haciendo que las personas den cuenta que están ahí, o que simplemente se molesten por su intervención: hace llamativo algo que antes era invisible.

Así me gustaría tener un auto a mí. ¿Sabés por qué? Porque no habría tanta preocupación de que te lo afanen. Un auto así, como que no… y no hay tanta preocupación de tu ego y de tu yo, ¿Entendés? El auto es la prolongación de uno.

Oscar critica el deseo que impone la publicidad. A lo que el apunta con esta frase, es a cómo el mercado genera una necesidad en las personas y éstas requieren de los objetos para demostrar que y quienes son, es por ello que habla del objeto como prolongación del yo, porque la publicidad ha internalizado en los individuos la insatisfacción, ha hecho que el sujeto se encuentre en una constante búsqueda; se refiere al goce, a una especie de deseo que no tiene un objeto definido al que perseguir, solo es consumo. Por otra parte, la publicidad ha generado una serie de signos y símbolos que ya están dentro de nuestras concepciones básicas de realidad, por lo que se nos hace lógico necesitar lo que ésta promueve: hemos sido colonizados por la insaciable publicidad, tornándonos también nosotros en sujetos insaciables e inducidos por el consumo. Los medios hoy tienen una influencia muy fuerte: “Seamos o no sus nuevos “creyentes”, la televisión y los media controlan nuestro conocimiento y conversación, influencia nuestras ideas y nuestras distracciones, tiranizan nuestras horas de descanso…” (Dyer. p.123 [citado por Subirats, p. 150]) Lo que nos dice Subirats y nos afirma Brahim, es que es el mercado, como poder, es quien nos ha generado como sujetos de consumo, ya que el poder no nace de una relación entre sujetos, sino que los antecede; el poder produce al sujeto. Al igual que todo discurso, la publicidad genera adhesión y por contraparte, genera resistencia; Oscar Brahim se encuentra en la oposición, utilizando signos de la publicidad para ir en contra de la misma, es antagonista del poder y nace desde su propio discurso.

Si vos lo tomás de una manera épica, la ciudad es una batalla, es un territorio de batalla visual. Es la pantallita que  todo el día te está diciendo como tiene que ser tu vida, y a mí eso me enferma y me voy a morir enfermo. Los humanos nos acostumbramos a todo, somos un bicho que nos acostumbramos a todo, es como que estamos ya anestesiados. No hay ningún virus que pueda descontagiarte de esta invasión absolutamente visual.

Por medio de éste trabajo, el taxista expone la ciudad como escenario del espectáculo: la arquitectura es utilizada como soporte para la publicidad, modificando los espacios urbanos, la publicidad por su parte es utilizada por Brahim, como medio para desarrollar su discurso de protesta político-social, haciendo visible el soporte. La intervención logra dar cuenta de la existencia de un elemento tipo “pantallita” que pierde sentido frente a la operación que hace Oscar sobre éste dispositivo, exponiéndose el soporte mediático y el soporte ciudad.


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